Poder Latino News -- La inmigración es un fenómeno que crece día a día a escala mundial. La
mayoría de los países del hemisferio, tienen personas de diferentes etnias
viviendo en su suelo, de forma legal o de forma ilegal. La razón principal de la
migración es el factor económico. Ninguna persona quiere dejar su país de
origen para irse a vivir a otro país, muchas veces sin conocer la lengua,
dejando a su familia atrás, sin dinero y sin esperanzas de poder conseguir un buen trabajo en el país al que llega. A
veces, se maneja de forma inhumana este tema y sólo se ven las implicaciones de
carácter legal que suponen la inmigración ilegal y debido a esto, casi siempre
son violados los derechos humanos de esas personas. Somos conscientes que en este
país, el tema de la inmigración tiene muchas aristas y una reforma migratoria
integral, aunque necesaria para millones de personas, no terminará de
solucionar el asunto.
En el caso particular de la inmigración en Hazleton, sabemos que el proceso
de transculturación que supone el encuentro cultural, ha ido caminando de
manera lenta. Muchos nativos de esta ciudad aún se resisten y no terminan de
aceptar que su realidad cambió y no necesariamente de forma negativa, cambió en
todos los sentidos. Esta nueva realidad
supone un cambio de mentalidad, que no implica necesariamente una
asimilación de los elementos culturales de las culturas foráneas a la cultura
receptora, sino que supone apertura a los elementos que surgen de ese
encuentro. Es una nueva cultura que estrenamos en Hazleton, como resultado de
ese encuentro cultural que nos exige un grado de tolerancia hacia lo diferente.
El camino más corto es el camino del encuentro con las personas que viven a
nuestro alrededor. Las confrontaciones y las mediciones de fuerzas, crean un
ambiente de negatividad que trae como
resultado la violencia.
Tenemos que aceptar que somos diferentes y que todos tenemos derechos a
organizar la casa sin discriminaciones y sin abusos. Ya es hora de que Hazleton
viva en paz. Construyamos una comunidad sana, donde reine la democracia y donde
nadie se sienta amenazado por exponer
sus ideas. Es tiempo de abandonar lo viejo y de estrenar lo nuevo.
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